viernes, 27 de mayo de 2011

La metástasis está relacionada con el 90% de las muertes por cáncer



El 90% de las muertes por causa de cáncer están relacionadas por la aparición de metástasis tumoral, un proceso por el que el tumor es capaz de salir del punto donde está localizado e ir a un lugar distante y crecer.
Investigadores de una quincena de países dan a conocer este jueves las últimas investigaciones sobre la metástasis en la Conferencia sobre Metástasis y Angiogénesis de Cáncer que organiza el Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge (Idibell).
Según los investigadores, la metástasis es un proceso del que todavía no se conoce por completo cómo funciona, lo que dificulta el desarrollo de terapias para bloquearlo.
El investigador del Idibell Francesc Viñals ha explicado que la metástasis es "una de las peores complicaciones del cáncer" ya que "la mayor parte de tumores pueden acabar produciendo este proceso de diseminación y, además, en diferentes puntos del cuerpo; todavía no sabemos cuáles son los factores que hacen que unos tumores den metástasis en los huesos, otros en el pulmón o en el hígado".
Uno de los mecanismos por el que las células tumorales son capaces de metastatizar es la angiogénesis, que es la capacidad de crear vasos sanguíneos nuevos con el objetivo de obtener oxígeno y nutrientes para seguir creciendo.
"La angiogénesis abre una puerta por la que las células que tienen más capacidad de movimiento pueden salir a la sangre y llegar a otros sitios", según Viñals, que afirma que "todos los tumores son capaces de sacar vasos sanguíneos nuevos y abrir la puerta para diseminarse".
Las terapias contra la metástasis están "poco desarrolladas y de momento sólo podemos intentar eliminarla quirúrgicamente", según el investigador del Idibell Manel Esteller, en cambio "sí que hay terapias contra el crecimiento de los vasos sanguíneos que están en la práctica clínica".
Durante la conferencia que se celebra entre el 26 y el 27 de mayo, los participantes analizan los tratamientos antivasculares para bloquear la angiogénesis y cómo se pueden limitar los efectos secundarios de estas terapias.

La vitamina A activa el desarrollo de los brazos en el embrión

Un equipo de investigadores ha descubierto el mecanismo que activa y estimula el desarrollo de las extremidades en el embrión y ha constatado que la vitamina A es uno de los compuestos implicados en el desarrollo de los brazos.


Estos hallazgos, en los que ha participado un grupo de científicos españoles, se presentan en dos investigaciones que se publican en la revista Science.

Según sus autores, la acción de tres compuestos potencia las células progenitoras para desarrollar las extremidades desde el hombro hasta la punta del dedo, y entre estos compuestos se encuentra el ácido retinoico, un derivado de la vitamina A.

Para llegar a estas conclusiones, el equipo de Marian Ros, del Instituto de Biomedicina y Biotecnología de Cantabria (centro mixto del CSIC, la Universidad de Cantabria y la Sociedad para el Desarrollo de Cantabria), analizó el desarrollo del eje próximo-distal (que en humanos se extiende desde el hombro hasta la mano) en embriones de pollo.

"La ventaja de los pollos es que puedes hacer un agujero en la cáscara del huevo y observar el proceso en tiempo real", ha asegurado la investigadora en una nota remitida por el CSIC.

Según este organismo, para comprobar que las células están sujetas a un mensaje concreto es necesario descubrir cuáles son los ingredientes que componen esa señal.

Así, el equipo de Ros ha concluido que la señal necesaria para activar el proceso de desarrollo se compone de un derivado de la vitamina A -el ácido retinoico-, factores de crecimiento fibroblástico y de la proteína Wnt3-a.

Estos tres compuestos forman la receta necesaria para mantener la capacidad de las células de formar todo el eje próximo-distal.

Desde que un óvulo es fecundado hasta que el embrión adquiere su fisiología completa, las células se van multiplicando y especializando para dar lugar a diferentes órganos y tejidos.
Según las investigaciones, las células sometidas a la citada señalización durante dos días en cultivo fueron capaces de completar la extremidad de forma prácticamente perfecta cuando se reimplantaron en el embrión.

La ausencia de alguno de ellos provocó que el eje sólo se desarrollara de forma parcial.
"Este tipo de señalización está implicado en la formación de otros componentes del cuerpo y, si no sabemos cómo actúa, no podremos entender cómo se malforman ni cómo desarrollan enfermedades", ha manifestado la investigadora del CSIC.